Lucrecia Arcos Alcaraz
…cuerpo que flota, luz, oleaje;
todo es del viento
y el viento es aire siempre de viaje.
Octavio Paz, “Viento”
Eres vástago de la penumbra
y poblador del titubeo,
peregrino a corazón contrito
anunciado en la oclusión
de tu genealogía.
Este tiempo de arrullo inquieto
es el bullicio donde descubro
que tú también arrastras y lamentas
la sinrazón de la desmemoria,
y que te quiero,
aunque quizá hoy en día
las palabras sean sólo entrañas,
y la voz otro órgano
calado
destinado al agotamiento.
Acaso es tu cuerpo sedimento de pesares,
y quizá por eso hueles diferente cada día,
eres efluvio incierto,
páramo aparente,
o la efigie de aquel gorrión
que con vehemencia pía.
Hueles a miedo,
y quizá por eso hueles diferente cada día,
eres también floresta incipiente,
garambullo que con mis aguas confluye.
Hueles a tierra húmeda y oscura,
y quizá por eso con tus manos
el tormento busca redención en la labranza.
Fotografía de la autora, parte del proyecto Flores del encierro.
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