Nelly Marco
Si esta poesía fuera como las hojas de mi diario
ya no alcanzaría papel
para delinear el verso que pretendo esconder.
Inevitable sería su fuga
porque ni el margen ni la timidez lo ahorcaría.
Un día la hoja en blanco fue vuelo
después cárcel,
ahora imposible.
Ya mis versos no atajo en este recuadro
parecen que han tomado vida
y me indican el paso.
No me entrego del todo…
me niego a la luz de un foco
que extirpa la mirada limpia
y daña el secreto
entre un dolor interno
y un verso puesto
en este ladrillo
pesado y denso
que es ahora estrofa y mas nunca
secreto.
Inventa que esta palabra caiga redonda sobre otra
juega a que una letra rime con la otra.
¿Por qué te detienes?
¿Por qué temes?
Si compones sin mirar de lado o de frente
compones sí solo miras adentro
pese al mugre y la inmundicia
que trae consigo tu adentro.
Has de ser un gusano
que vago en el suelo
sonríe por ser ajeno…
ajeno a este ruido ajeno
mucho más áspero que el polvo
en su mundo rastrero.
Parece que necesito una ilusión para mañana
¿de cuál historia me aferraré esta vez?
Será de un escrito viejo de la bóveda
que pueda agarrar mi alma
hasta juntarla con el silencio del pasado,
con ese que refunfuña en cuadrado reservado.
Pero…
No he de imaginar mañana,
Mañana solo queda escrita aquí,
para no dejarla hacer realidad,
sino mención de inexistencia.
Fotografía de Mariana Abreu Olvera
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