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Volver solo a cantar

Alexa Moreno Buendía



Brota una flor en la noche

quiebra

con su largo tallo

la banqueta

se curva

se extiende

se crece

de sur a norte

en el zenit

besa una estrella

y grita a los astros

una promesa


En mi ventana

asoma un canto

es promesa de ballena

de oso

de manglar

de boca pequeña y niña

de piel tierra maíz

sinfonía de vida

vibra dentro

la descubro

cierro los ojos

escucho:

dónde los bosques que incendiaste

dónde los koalas aves canguros

dónde los futuros ahogados

en balsas a medio océano

intrusos del ya no había lugar

dónde están las pequeñas estrellas que nacen muriendo

perseguidas por bombas gases avionetas:

promesas de paz

dónde la mano que no tocará el cielo su madre su hermana

dónde las torres en selvas costas bosques

que defendían el calor del manantial

que defendían la vida porque sabían vivir

nuestras torres altas con sus nombres sus historias-flores

su sangre escurre en tus manos

dónde los que sobran

los ancianos que mueren en asilos

en hospitales

dónde queda la esperanza del alma

dónde estarían sin perseguir la falsedad

dónde está la palabra rota

la voz que silenciaron

dónde nuestros saberes ancestrales

dónde la sonrisa de la niña que teme en tus calles

en tus salones en tus caminos

dónde nuestro caleidoscopio de pieles

remolinos seres de colores

aire de diversos vientos que dan paso propio

a su tiempo

a su espacio

dónde están nuestros cuerpos

dónde el cariño la reciprocidad

el corazón

no repitas

que no hay sitio

que el fracaso es sentir

que no incendiemos más estrellas

que la ley es la ley

dónde están los versos

dónde nuestros jardines de alas.

Ventanas

jaulas

se abrirán

iremos más lento

más frágiles

más curiosas

con deseos de perder

no infles soberbia

cuando repitas la historia

en las noches

debes convencerte

así tocó rodar

el desayuno

los sirvientes puntuales

de nombres

de dolores despoblados

el pan antes en un hoyo

que curar hambre sin un peso

pero

tu cuento es de vapor

en

el graznido

el maullido

el viento

reposa el Amor

lo guardamos

en nuestras manos

como a un conejito

lo cuidamos

lo tenemos florecido

pleno

olvidamos amar sin amar

tu obligación de querer

tu repetir

amar es que no tiemble el alma por tus manos

amar es no ser luna en el día

amamos porque

somos amor

nos criamos como nos crían

el árbol

la abeja

el sol


aún hay espacio para una hierba


aún hay espacio para una palabra


Mi mente es ceiba

mi palabra viento

regresa el otoño

esta noche

a mi habitación abierta

cuando amanezca

dejaré las hojas caídas al piso

pisaré sus venas de río

brotarán las voces

sus cantos

al mal sueño

llamado normalidad.


 

Fotografía de la autora, 2020.

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